El Capitán Clavijo

Artículo publicado originalmente en la revista «Pascuamayo» 2023, editada con motivo de las fiestas patronales de Santisteban del Puerto.

Madrid, 5 de junio de 1895

Mis queridos padres.

Recibí su última grata en la que veo están sin novedad yo sigo bien a Dios gracias.

[…]
Sabrán Vs. Lo que ha ocurrido con el Capitán General Primo de Rivera, hace unos dos o tres días le han pegado dos tiros en su despacho, el Capitán de Infantería Primitivo Clavijo, pariente, aunque lejano del primo Rafael, esta mañana a las siete menos cuarto ha sido fusilado.
[…]

Fragmento de una carta dirigida por Jacinto Higueras Fuentes, residente en Madrid, a sus padres en Santisteban del Puerto. Publicada en “Cartas de Juventud [ 1894-1919 ]” , editadas por Ana Higueras.

Este suceso que refiere Jacinto Higueras a sus padres tuvo como protagonista a D. Primitivo Clavijo Esbry, militar, Capitán de Infantería al que muchos refieren como natural de Santisteban del Puerto, pero realmente nacido en Castellar. Clavijo intentó acabar con la vida del General Fernando Primo de Rivera, hecho por el que fue ajusticiado con la pena de muerte. Su caso, por las circunstancias que lo rodearon, generó una ola de simpatía popular con Clavijo, innumerables artículos en la prensa, y dio también origen a enconados debates en las cortes durante los días posteriores.

El protagonista

Primitivo Clavijo - Facilitada por Antonio Robledo Morales.
Primitivo Clavijo – Facilitada por Antonio Robledo Morales.

Como hemos dicho, Primitivo Clavijo nació realmente en Castellar, en julio de 1856. Fue bautizado el 17 de julio con el nombre de Primitivo Antonio María Amador, hijo de Antonio Clavijo Rojas, natural de Castellar, y Rafaela Esbry y Asensio (o Esbis, en la partida). Descrito como hombre de complexión alta y fuerte, desarrolló la carrera militar desde los 19 años, siendo hijo y hermano de militares. Su padre había sido en otros tiempos compañero de Fernando Primo de Rivera. En junio de 1874, Clavijo fue cadete en la Academia de Madrid. En abril de 1875 fue promovido a alférez. En junio de ese año obtuvo el grado de teniente por méritos de guerra. En junio de 1877 llegó al grado de teniente por antigüedad y también así al de capitán. Participó en la tercera guerra carlista y en 1876 pasó a servir en el ejército de operaciones de Cuba donde estuvo hasta 1886. Ya en la península pasó a la escala de reserva en 1888. Fue condecorado con la Cruz Roja del Mérito Militar de Primera Clase, medalla de Alfonso XII con los pasadores de Treviño, Oria y Elgueta (por la guerra Carlista), medalla de Cuba y mención honorífica por otras acciones. Como curiosidad, en su partida de bautismo figuran como padrinos los hermanos M.ª Magdalena Sanjuan Labrador y Juan de Dios Sanjuan Labrador, éste último, como muchos conocerán, diputado y senador del Partido Liberal, padre, entre otros, de Elena Sanjuan Moreno -esposa de José Mateo Sagasta-, y del ilustre Mariano Sanjuán Moreno. También cabe destacar que en su partida de bautismo no figuran datos relativos a su confirmación y matrimonio; puede que de haberlos no se comunicaran.

Toda la prensa de la época se hizo eco del caso y sus repercusiones, y hasta el diputado e historiador Pi y Margal (ex presidente de la primera República) recoge los acontecimientos en su “Historia de España del siglo XIX”. De los distintos artículos publicados en diversos medios, sacamos los detalles que reflejamos en este escrito.

El suceso

El 3 de junio de 1895 entre las 11 y las 11 y media de la mañana, se hallaba en su despacho el capitán general de Castilla La Nueva, general Fernando Primo de Rivera, marqués de Estella. Estaba reunido con el gobernador militar, algunos oficiales y otros particulares, cuando irrumpió en la habitación el capitán Primitivo Clavijo.

Retrato del Fernando Primo de Rivera y Sobremonte, obra del fotógrafo Kaulak, recogido en la revista española La Ilustración Española y Americana (Wikipedia).
Retrato del Fernando Primo de Rivera, por Kaulak

Se dirigió al general, y éste apremió a Clavijo a ser breve pues tenía mucho que hacer. Acto seguido, Clavijo sacó un revólver del bolsillo y disparó dos veces sobre el general.

El gobernador militar Sánchez Gómez trató de detenerle, y al ruido de los disparos acudieron otros militares que arrebataron a Clavijo su sable, y con él le golpearon fuertemente en la cabeza y en el cuello. Tras esto Clavijo fue retenido y trasladado después a las Prisiones Militares de San Francisco (ubicadas en la antigua Calle del Santo, cercana a las actuales calles del Rosario y del Ángel).

El general Primo de Rivera fue atendido por los médicos. Sufrió dos heridas de bala. Una le atravesó la parte superior del lado izquierdo del pecho, saliendo limpiamente por la espalda, cerca de la escápula. Esta fue la más grave por la perforación de la pleura. La otra le atravesó el antebrazo. Si bien el pronóstico general fue muy grave, no se temía por su vida. Al Palacio de los Consejos de la Calle Mayor, sede de la capitanía donde se produzco el incidente, acudieron ministros, autoridades y un inmenso gentío.

La instrucción y sentencia

En las Prisiones Militares se comenzó la instrucción del sumario, y en su defensa Clavijo relató una serie de agravios que según él había sufrido, causados por el general Primo de Rivera cuando era director general del Arma de Infantería. Durante más de un año dijo haber sufrido numerosos traslados continuados a destinos ubicados tanto en la península como en Cuba, lo que le impidió cobrar con regularidad el salario y le sumió en una situación de penuria considerable.

Al día siguiente, 4 de junio, se constituyó el consejo de guerra contra Primitivo Clavijo, donde fue condenado a muerte. A las 00:00 del día 5 fue la deliberación, y a las 01:00 de la madrugada se comunicó la sentencia al reo, constituyéndose la capilla como mandaba la ley del momento. Clavijo aceptó la sentencia sereno, al igual que sereno se había mostrado en todo el procedimiento desde su detención. El capitán asumió su culpa y su destino, pero justificó su acto y apeló a la Justicia Divina. Durante esas horas recibió la asistencia de los Hermanos de la Paz y la Caridad, la visita del Vicario General Castrense, con quien Clavijo pidió hablar, y también la visita de sus primos Rafael y Pedro Esbry, que se harían más tarde cargo de su cuerpo.

La ejecución

A las 7 de la mañana del 5 de junio, ante una gran expectación en las calles y balcones de las inmediaciones, se dio traslado al reo hasta la Pradera de San Isidro. La excepcionalidad de un fusilamiento, y el hecho de que se dictara sentencia y ejecutara condena en tan brevísimo tiempo, generó una gran expectación, acompañada las más veces de compasión hacia Clavijo.

Así, al llegar a la Pradera de San Isidro, el guarda de aquellos terrenos que pertenecían a la condesa de Bornos, puso un banderín en el lugar y dijo secamente. -¡Aquí no se fusila a nadie!

De nada sirvió, pues procedieron a la ejecución en la explanada alta de San Isidro. Trasladaron su cuerpo al cementerio del Este, conocido también hoy como Cementerio de la Almudena.

Las repercusiones

Portada de Le Petit Parisien nº332 (16-06-1895) - Biblioteca Digital Francesa "Gallica"
Portada de Le Petit Parisien nº332 (16-06-1895) – Biblioteca Digital Francesa «Gallica»

El caso siguió teniendo una gran repercusión —incluso en la prensa internacional—, llevándose al Congreso de los Diputados dos días después del ajusticiamiento. Varios diputados solicitaron al ministro de guerra los datos del procedimiento, así como los antecedentes. Se pusieron de relieve algunas irregularidades, como la asistencia de un testigo al consejo de guerra, y el hecho de no haber respetado el tiempo mínimo que marca la ley de estancia del reo en capilla. Salieron a la luz los antecedentes de Clavijo en los que se cuestionaba su salud mental. Varias veces pasó el capitán reconocimiento facultativo, permaneciendo en observación durante meses en dos ocasiones ante “la sospecha de locura”. Se apuntó por algunos diputados que estos antecedentes hubieran debido ser motivo suficiente para la prudencia del juez a la hora de instruir la causa.

Más allá de eso, también se pidió empezar a investigar todo lo relacionado con el supuesto acoso por parte del general Primo de Rivera que Clavijo dijo sufrir. Pero lo que más se cuestionó por los diputados, particularmente por Juan Sol y Ortega, fue la incorrecta aplicación de los artículos de la ley penal militar, llegando a calificar el ajusticiamiento de Clavijo como un “asesinato legal”. El ministro de guerra solicitó posponer contestar a muchas cuestiones debido a su desconocimiento del Código de Justicia Militar, y justificó lo sucedido por la disciplina exigida.

El interés suscitado

También la prensa, que desde el principio dio cuenta a través de telegramas de lo que iba aconteciendo, dedicó con posterioridad varias crónicas, donde en muchas se hicieron eco de rumores y juicios sobre la vida privada de Clavijo, poniendo de relieve comportamientos y hechos que podían ser reprobables moralmente. Se informó desde sus costumbres nocturnas, el lugar donde residía -una casa de huéspedes en el número 12 de la calle Princesa- hasta un supuesto noviazgo pese a tener presuntamente esposa e hijos en Cuba.

Fue mucho el interés de la sociedad, a veces malsano, pero a veces también por verdadera compasión. Así, se dan casos como el de un marmolista de la carretera de Vicálvaro, que, sin conocer al Capitán Clavijo, hace un ofrecimiento espontáneo de construir a sus expensas un sarcófago de mármol, como muestra de consideración y respeto hacia el difunto y su familia.

La reflexión

Clavijo cometió un acto reprobable, como él mismo reconoció. Pero ante el juicio de la historia siempre quedará la duda sobre su salud mental y sobre los hechos que intenta vengar. Cerramos este escrito con la reflexión que hace Pi y Margall en su “Historia de España del Siglo XIX”, sobre lo acontecido con Clavijo.

Un capitán, creyéndose objeto de persecuciones en su carrera, concibe el pensamiento de vengarse del Capitán General de Madrid a quien las atribuye. Armado […] dispara dos tiros […] resuelto a matarle. […] Ya en la cárcel es objeto de los más rápidos procedimientos. En cuarenta y tres horas se le sumaria, se le somete a un Consejo de Guerra, se le condena a muerte, se le pone en capilla y se le ejecuta. […] Así obra la sociedad culta del S XIX. Aplica la ley del Talión, y la aplica precipitadamente. No han bastado a detenerla ni los inciertos móviles del crimen, ni las dudas sobre el estado de la razón del delincuente. Obra así la sociedad; pero no obran ni piensan así los que la componen: No se halló coche en que llevar al reo de la cárcel al patíbulo. Al salir Clavijo a la calle la muchedumbre toda se descubrió y le dio señaladas muestras de lástima y respeto. Se quiso hacer la ejecución en terreno particular, y el propietario se opuso. Los ocho soldados a quienes tocó por suerte el fusilamiento estaban profundamente conmovidos: uno de ellos no pudo ocultar sus lágrimas. El teniente que ordenó los disparos cayó enfermo, y era poco después preso de aguda fiebre.

Madrid entero lamentó, por fin, la ejecución de Clavijo, la ejecución de un hombre que obró sólo por vengarse y afrontó, sereno e impávido, la muerte, sin mostrar un solo momento ni arrogancia ni flaqueza, ¿Cuándo acabarán esas costumbres, hijas de la barbarie? ¿Cuándo se convencerá el Estado de que aplicando la pena de muerte contraría los sentimientos de la sociedad que rige? ¿Cuándo cesará esa, salvaje ley del Talión, nunca bastante maldecida?

Agradecimientos

Mi agradecimiento al Ayuntamiento de Santisteban en la persona de su alcaldesa, María Dolores Pliego, por la invitación cursada a participar un año más en la publicación de este anuario de fiestas.

A mi buen amigo Jacinto Mercado, por su paciencia y su buen hacer, reflejado en todo lo que lleva a cabo.

A mi tío, Santiago López, por las gestiones para obtener la partida de bautismo de Primitivo Clavijo, así como también a Jacinto Anaya por hacerlo posible y por las notas y aclaraciones sobre los datos facilitados.

A Ana Higueras por obsequiarme amablemente con el libro “Cartas de Juventud”.

Fuentes consultadas

  • Partida de Bautismo de Primitivo Clavijo Esbry.
  • Diarios “El Globo”, “El Liberal”, “El País”, “El liberal de Tenerife” de los meses de junio y julio de 1895.
  • Revista El Socialista nº 2945 (13/06/1917)
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